Nuestra Doctrina




DOCTRINA DEL MINISTERIO DE LIBERACION, SANACION Y RESTAURACION ESPIRITUAL


El Ministerio Cristiano de Liberación, Sanación y Restauración Espiritual, y las iglesias que gozan de la cobertura, adoran al Trino Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios Soberano, Santo, Justo, misericordioso, y no rinde culto a ninguna criatura, imagen u otra cosa hecha por los hombres; adora al Padre Eterno, Creador del cielo y de la tierra, a su Hijo Eterno, nuestro Señor Jesucristo, hecho para nuestra redención, y al Espíritu Santo, guía y consolador divino de todos los que aman a Dios; a éste Dios de gloria y majestad rinde culto de alabanza y acción de gracias; expresa su culto a Dios en servicios de adoración, en la predicación de la redención por medio de la sangre de Jesucristo derramada en la cruz, y en servicio en bien de los demás, especialmente a los necesitados y los descarriados, brindando sanidad, liberación y restauración espiritual

El Ministerio y las Iglesias que están bajo su cobertura espiritual, en la república de Colombia, hacen parte de la Iglesia Cristiana Universal; cuya única Cabeza es Jesucristo, su Profeta, Pontífice y Rey, quién actúa en ella por el Espíritu Santo en quien ella goza de la verdadera sucesión apostólica, que consiste en el ministerio dado por Jesucristo por la operación y por los dones del Espíritu Santo; reconoce el auténtico ministerio de la Palabra de Dios, autorizado y vivificado por el Espíritu y admite, por señal de la operación ministerial, a los hombres llamados a ello y preparados para su ejercicio en la obras de sanación, liberación y restauración espiritual y las iglesias que llevan el mensaje; recibe la honra la obra de estos pastores que han sido separados por el Espíritu Santo al ministerio de la Palabra y la sanación y liberación de almas y el servicio de la Iglesia; también reconoce el don que el Espíritu Santo se digna conferir a hombres llamados a ejercer este ministerio sin dejar su vocación secular.

La doctrina del Ministerio y de la iglesia se basa en una interpretación literal de la Biblia la cual se reconoce como inspirada por Dios. El Ministerio sigue cuidadosamente las enseñanzas del Nuevo Testamento y busca consejos de los ejemplos encontrados en el Antiguo Testamento.

Creemos que la salvación se obtiene por gracia a través de la fe en Jesucristo. La verdadera fe incluye el componente de obediencia que instruye a una persona a hacer lo que el Señor Jesús enseñó enfáticamente de que debíamos arrepentirnos porque el reino de los cielos se ha acercado. Se sigue el modelo bíblico de arrepentimiento, el cual incluye el arrepentimiento para con Dios por nuestra pasada vida pecaminosa, la confesión de pecados , la restitución de ofensas pasadas y el llegar a ser muertos al pecado. A los que son humildes de corazón, Dios les da su gracia maravillosa, al igual que la paz y su perdón.

Después de la conversión, el nuevo converso muestra un crecimiento en las virtudes cristianas y de igual forma, lo manifiesta en el fruto del Espíritu Santo. Él luego da testimonio a la congregación de su fe y experiencia de conversión. A esto le sigue el bautismo por inmersión en agua. El bautismo simboliza la sepultura de la vieja naturaleza pecaminosa en la muerte de Cristo y el surgimiento de una persona de las aguas bautismales como una nueva criatura en Cristo. A esto le sigue la imposición de las manos por lo cual un Ministro o Pastor de la iglesia ora por el nuevo miembro como una confirmación oficial de la presencia del Espíritu Santo en el corazón del creyente. El nuevo miembro se une así formalmente con la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. La iglesia cuenta en que el nuevo miembro abrace totalmente las normas doctrinales y el estilo de vida de la iglesia que está basado en la Palabra de Dios.

Al seguir los caminos de la santidad bíblica y de santificación, se experimenta una vida de paz y gozo. A pesar de los sufrimientos, posibles penas y tentaciones, la gracia de Dios es suficiente para que los de corazón humilde reciban felicidad y el contentamiento en la expectativa del cielo. La abnegación, la separación del pecado y de las obras infructuosas y el no conformarse a lo mundano forman partes integrales de la vida cristiana.

Como una nueva criatura en Cristo, un creyente se consagra a una vida de celo, compromiso y crecimiento en la comprensión de la Palabra de Dios. Éste se esfuerza por no ser solamente un “oidor” de la Palabra, sino también un “hacedor” de la Palabra. Por consiguiente, diseña su estilo de vida para seguir los ejemplos que se encuentran en la Biblia. Estos ejemplos están a menudo en desacuerdo con las costumbres contemporáneas que el creyente debe resistir.

Las Escrituras forman el fundamento para el estilo de vida del creyente. Ya que la Palabra es infalible y sin error, sus mensajes y mandamientos son acatados por la iglesia. Las normas de la Biblia no son optativas. Todas sus enseñanzas son útiles para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. Todas sus enseñanzas son esenciales para vivir piadosamente. Un verdadero creyente evita la tendencia moderna de dividir la Palabra en cosas “esenciales” y “no esenciales,” considerando que el categorizar partes de la Palabra de Dios como no esenciales significa considerarse a sí mismo superior a Dios.

El estilo de vida cristiana gira en torno a los motivos de llegar a ser más como Cristo, aprovechar bien el tiempo, y hacer las cosas que den fruto para la gloria de Dios y nuestro Salvador.

La vida de un verdadero cristiano refleja la Luz (es decir, la virtud y la santidad de Cristo) al ir aprendiendo de Cristo diariamente. La luz de Cristo es notable tanto interiormente como exteriormente. La santidad interior consta del fruto del Espíritu—amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. La santidad exterior se distingue por el refrenamiento, la discreción y la moderación. Se evita el atavío costoso y la conformidad con estilos lujosos y ridículos de vestimenta. La distinción de los géneros masculino y femenino en el atavío y en la apariencia general está en acuerdo con la voluntad de Dios.

 

"...Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia..." Mateo 10:8 RVR 1960 Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
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